Teoría sobre porcelanización facial

¡La piel de porcelana que todo el mundo quiere!

Tener una piel ideal depende de varios factores. En la actualidad, los rayos ultravioleta, la generación de toxinas ambientales y, en algunas ocasiones, el uso excesivo de maquillaje perjudican de manera contundente la salud de la piel.

De ahí que, una de las zonas más afectadas sea el cutis, debido a los niveles de sobre exposición que presenta; tener un mayor cuidado con esta parte del cuerpo no solo ayudará a la piel a lucir hidratada, tersa y luminosa, sino también más saludable.

Proteger, exfoliar y nutrir el rostro son procedimientos necesarios para mejorar la humectación y la elasticidad del cutis. Una piel bonita va más allá de la simple apariencia, requiere de una serie de tratamientos que le permitan nutrirse tanto de manera interna como externa. Beber agua es imprescindible para mantener la piel hidratada, evitando así un envejecimiento prematuro.
 

Oxigenar los poros no usando cosméticos, por algún tiempo, reducirá las impurezas haciendo lucir un cutis más luminoso. Asimismo, las rutinas de cuidado facial que incluyan desmaquillantes, aceites y espumas, no invasivos, son imprescindibles para la eliminación total de las partículas grasas y/o exceso de oleosidad sobre esta. 

La porcenalización facial es una técnica que permite a la piel mantenerse humectada, limpia y sin impurezas, dándole un aspecto luminoso y joven. A partir del uso de principios activos exfoliantes, hidratantes y regenerantes se llevan a cabo procesos de limpieza profunda y regeneración celular, estimulando así la producción de colágeno y elastina. Teniendo como resultado un rostro más brillante, tonificado y suave.

Mantener un cutis saludable dependerá tanto de la rutina diaria de cuidado, que se debe dar a esta zona de la piel, como de los tratamientos faciales que acompañen este proceso hasta llegar a tener una piel de porcelana.