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Cinco síntomas de la ansiedad y la depresión que puedes combatir con una alimentación saludable

Johan Arango

Johan Arango

hace 1 año

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Breve historia de la ansiedad y la depresión 


La ansiedad y la depresión son problemas de salud mental graves que se han venido intensificando a lo largo de las últimas décadas. Aunque fueron considerados trastornos mentales hacia finales del siglo XIX, de acuerdo con las investigaciones realizadas por el médico francés Bénedict-Augustin Morel, quien describió el cuadro clínico asociado a los problemas de perturbación emotiva, y al neurólogo austriaco Sigmund Freud, padre del psicoanálisis que especificó los límites de la neurosis. Es hasta las últimas décadas del siglo XX que se concibe el término de “ansiedad” como un patrón de conducta caracterizado por un malestar fisiológico y emocional, que responde a estímulos internos (pensamientos) y externos (contextuales). 

 

Por otra parte, la depresión se ha vinculado desde tiempos antiguos con el sentimiento de nostalgia, pero es hasta 1725 que el término se acuña, por primera vez, por el poeta y médico brítanico Richard Blackmore en su obra “A Treatise of the Spleen and Vapours”. Allí el autor realiza una investigación sobre un trastorno físico y mental que se relaciona con la melancolía y, según su propia interpretación, azota de manera drástica y dañina a la población británica, denominado “Spleen”. Sin embargo, no es hasta el intervalo entre los años 1950 a 1999 que se consolida formalmente el concepto de depresión, así como el inicio de los antidepresivos y las psicoterapias. 

 

Con la llegada de la primera y la segunda guerra mundial, a mediados del siglo XX, las afectaciones a los problemas conductuales y mentales fueron en aumento, así como la aparición de nuevas afecciones nerviosas. A finales de los años 90 ya se estaban llevando a cabo estudios e investigaciones clínicas, en todo el mundo, para dar tratamiento a los números trastornos de ansiedad, depresión y adicciones que estaban desbordando a la población.  

 


Cinco sintomas de la ansiedad y la depresión 


En la actualidad, la pandemia por Covid - 19 y el comienzo de las cuarentenas denotaron problemas socioeconómicos severos en todos los países, incrementando, aún más, estos trastornos del estado de ánimo. Según la Encuesta Nacional de Salud Mental del año 2015 Colombia reportaba índices de ansiedad en un 53% y de depresión en un 80%, para el año 2021 la cifra incrementó considerablemente, tanto así que, la población de de 10 a 24 años presentó el mayor nivel de nerviosismo y preocupación con un porcentaje de 41.2%; posicionando la depresión en adolescentes con un malestar crónico de la sociedad actual. Sumado a las tasas de suicidio que llegaron a su pico más alto, entre los años 2020 y 2021, en las que alrededor de 3.672 personas decidieron dar fin a su vida en el país; cifras dadas por el DANE en su informe estadístico de salud mental

 

De ahí que, sea fundamental, reconocer a tiempo los síntomas que se relacionan con estos trastornos, pues  afectan tanto a nivel emocional como físico a la persona que los padece. Al identificarlos es más sencillo generar rutas de acción, cambios en los hábitos diarios y tratamientos adecuados para aliviar tanto la mente como el sentir. Los cincos síntomas que más se relacionan con los trastornos de ansiedad y depresión son: 

 

  • Alteración emocional: se refiere a los estados transitorios que presenta la persona debido a situaciones que percibe como peligrosas o inestables. Haciendo que diversas sensaciones y emociones como el estrés, la tristeza, la presión, la irritabilidad, el llanto entre otras se manifiesten a la vez o generen intervalos dentro de sus cambios de humor; alterando así los niveles de serotonina y dopamina. 

  • Cansancio e insomnio: en situaciones de estrés prolongado los niveles de cortisol son más altos. Llegando a generar síntomas de fatiga crónica en los que el cuerpo manifiesta sensación de pesadez, se tensionan los músculos y, por ende, la poca predisposición a realizar actividades físicas. Asimismo, se desarrollan horarios de sueño inestables, ya que el cerebro se encuentra más activo de lo normal, por las preocupaciones o afectaciones específicas que lo llevan a sobrepensar en ciclos que parecieran no tener fin. 

  • Dificultades en la concentración: los trastornos de atención y memoria se presentan cuando el cerebro no logra enfocarse en determinada actividad o situación, totalmente. Esto puede darse por diversos factores como la sensación de acumulación de tareas, el exceso de pensamientos negativos y la tendencia a dispersar actividades, generando bucles mentales que impiden a la conciencia pensar con claridad. Sentir distracción, olvidar las cosas cotidianas y demorarse en la ejecución de tareas básicas son problemas que se vinculan con la memoria funcional, responsable de la información a corto plazo. Lo cual explica los niveles de desempeño tan bajos en personas que padecen de ansiedad o depresión. En otras palabras, la mente, se encierra en sí misma, desconectando al individuo de todo aquello que pasa a su alrededor. 

  • Preocupación excesiva: la mente tiende a desarrollar ciclos de pensamiento continuos sobre determinadas situaciones inciertas o desagradables, presentes tanto en el interior (emociones) como en el exterior (ambiente). La preocupación excesiva suele manifestarse por la obsesión a este tipo de pensamientos, generando una sobre estimulación en el cerebro, que paraliza al individuo. Es decir, en vez de resolver el problema, la ansiedad, provoca un cuadro mental en el que se hace difícil controlar los pensamientos y las acciones a realizar, dando vueltas al problema en sí, pero no a las soluciones.

  • Agitación constante: el cerebro responde como una alarma ante situaciones de peligro y amenaza.  Al tener problemas de ansiedad y depresión el sistema nervioso simpático, encargado de nivelar las respuestas de activación corporal, se potencia. Desencadenando una serie de malestares físicos como taquicardia, sudoración excesiva, manos temblorosas, resequedad en la piel y pulso acelerado. Promoviendo así la sensación de estar agitado constantemente, aún ante escenarios tranquilos en los que nada ocurre; contrario a los caminos de pensamiento cíclico que construyen los neurotransmisores sobre los escenarios.

 

Aun cuando la ansiedad y la depresión se vinculan con las respuestas del organismo ante diversos eventos, por lo que comparten ciertos síntomas en común. Es importante diferenciar que cada uno tiene su propio cuadro clínico. Sentir ansiedad o tristeza, en cierta medida, es normal debido a los estímulos constantes a los que se enfrenta cada individuo. El problema radica cuando estas manifestaciones corporales y emocionales son intensas y prolongadas, ya que pueden desembocar en una depresión crónica o en una sintomatología de ansiedad generalizada. De ahí que, sea fundamental acudir a un médico especialista. 

 

Alimentos saludables para mejorar el estado de ánimo 

 


Algunos estudios han señalado la relación entre los alimentos y el aumento de niveles de serotonina y dopamina, así como la disminución de cortisol. El consumo de frutas ricas en vitamina C, ácidos grasos esenciales, como el omega-3, carnes magras y frutos secos son trascendentales dentro de un plan alimentario, para aliviar síntomas relacionados a estas enfermedades y generar un sensación de bienestar al organismo. Aquí encontrarás algunos alimentos y plantas aromáticas que puedes adicionar a tu alimentación a la hora de prevenir y combatir la ansiedad y la depresión:   

 

  • Chocolate amargo: el cacao contribuye a subir los niveles de serotonina y triptófano en el organismo. Debe consumirse lo más puro posible, evitando los chocolates procesados con azúcar, leche o grasas.

  • Frutos secos: contienen minerales como el potasio y con bajos niveles de sodio, regulan la presión arterial y previenen ataques cardiacos. 

  • Naranjas: contienen gran cantidad de vitaminas, estimulando el sistema inmunológico y regulando los niveles de cortisol (la hormona del estrés). 

  • Mango: al tener nutrientes como el magnesio, el hierro y las vitaminas C y E los procesos de fortalecimiento del sistema nervioso son elevados. 

  • Avena: posee altos niveles de fibra, vitamina B y calcio, por lo que, genera un efecto equilibrante y regulador en el sistema nervioso.

  • Manzanilla: es una planta con propiedades calmantes debido a su aroma suave e intenso, por lo que, generá una sensación de calma en el organismo. Al tener propiedades antioxidantes promueva ciclos de sueño regulares y nivela la actividad nerviosa. 

  • Valeriana: al poseer propiedades digestivas y antiespasmódicas, es ideal para problemas estomacales y dolores musculares. Asimismo, al ser una planta analgésica es ideal para tratar problemas de estrés y ansiedad. 

 

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