También conocida como camomila, manzanilla común o romana, la manzanilla es una planta aromática cuyas flores se emplean con fines medicinales, especialmente por sus propiedades antiinflamatorias y sedantes. Su planta posee muchas ramas y no supera el medio metro de alto. Sus flores se asemejan a las margaritas, por lo que en ocasiones algunas personas llegan a confundirlas.
Su cultivo, tanto con fines aromáticos como medicinales, suele ser espontáneo, ya que esta planta sobrevive en casi cualquier tipo de terreno, desde regiones altas y frescas a zonas soleadas o de clima árido.
Es una especie de planta de origen europeo, sin embargo hoy en día es posible verla en cualquier parte del mundo. Especialmente en aquellas zonas secas y con piedras. El uso de la manzanilla con fines terapéuticos se remonta desde la antigüedad, desde sus inicios ha sido utilizada para aliviar dolores intestinales. Luego con el pasar de los años se descubrieron otros beneficios terapéuticos por lo que poco a poco fue ganando popularidad.
Es reconocida por ser una planta protectora y reparadora de la membrana gástrica, pues fomenta la producción de jugos gástricos. Por tanto, está recomendada en casos de indigestión, cuando se tienen náuseas y vómitos, para los gases intestinales, la enfermedad de Crohn, para el colon irritable o para situaciones de pérdida del apetito.
Imagen: planta de manzanilla.
Por su composición, la manzanilla se emplea en caso de enfermedades relacionadas con el hígado y se recomienda ingerirla como protector de este órgano, ya que ayuda a prevenir las posibles enfermedades asociadas a él. Entre otros beneficios también podemos mencionar:
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Ideal para tratar la sinusitis y problemas respiratorios como la bronquitis.
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Es un diurético suave que ayuda a prevenir el colesterol en sangre y por tanto la arteriosclerosis.
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Mejora el insomnio, la ansiedad y la depresión, gracias a su gran poder de relajación de los músculos que se traduce en un bienestar que permite conciliar el sueño sin problema.
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Mejora la inflamación de las encías, la gingivitis y la enfermedad periodontal.
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Alivia los síntomas de las escaras, hemorroides, eczemas, quemaduras y dolor de encías. Gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
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Ideal para curar cortes, heridas, orzuelos, dermatitis y granos de acné.
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Ideal para mejorar los síntomas de la indigestión, incluyendo las náuseas y los vómitos.
Muchas veces su cultivo tiene fines aromáticos y medicinales. Pero en ocasiones sencillamente se dan de forma espontánea, y de hecho su fácil cultivo es una de los beneficios que la caracterizan. Por lo que muchas son las personas que deciden plantar su propia manzanilla y disfrutar de los beneficios que tiene para ofrecer.
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